Prologo
Editado el 01-08-2024
El Comienzo
Mi pasión por las motos viene desde temprana edad, con sólo 7 años me regalaron mi primera YAMAHA PIWI 50. Desde entonces, de forma directa o indirecta, mi entorno ha ido ligado a este estilo de vida.
La primera ruta, a los Picos de Europa, fue breve, algo más de diez días. Esta despertó mi curiosidad por seguir conociendo el mundo en moto.
Nada más regresar, tenía un continuo 'runruneo' en mi cabeza sobre cómo hacer para seguir viajando con mi moto, pero esta vez no quería el típico viaje de rutas de pueblos con paradas continuas y planeadas, como venían siendo habituales. Me apetecía algo nuevo, poco común, que reuniera características para despertar en mí nuevas sensaciones. Es difícil de explicar lo que en esos momentos sentía porque ni yo mismo lo sabía, solo os puedo decir que desde entonces mi vida no volvió a ser la misma.
La Clave
A través de un amigo, conocí el canal en YouTube 'Ride Me Five'. Había encontrado por fin la clave, a partir de ese momento todo tenía sentido. Ya sabía cómo iban a ser mis viajes: nada comunes y en busca de aventuras con mi tienda de campaña, un camping gas y lo que fuera surgiendo por el camino, sin rutas cerradas, paradas obligatorias y tiempos marcados. Solo había que arrancar la moto y disfrutar de esa sensación que, si al principio estaba confuso y no sabía, a lo largo del viaje llegó a mí en forma de libertad.
Os puedo asegurar que no hay mejor droga que la de sentirse 100% libre y, desde entonces, soy adicto a ella.
Los Preparativos
Aún había mucho trabajo por delante. Tenía moto y muchas ganas, pero solo con eso no bastaba. Quedaban unos meses para poner rumbo y tenía que hacerme con todo el material y, sobre todo, con una ruta, aunque fuera orientativa, para comenzar con algo de sentido.
La cosa se ponía interesante, a medida que iban avanzando los días, también iba avanzando con la serie de YouTube de Nico (Ride Me Five), y volvió otra vez ese 'runruneo' a mi cabeza, pero esta vez sí sabía el motivo: solo me faltaba atreverme a ello...
A mi parecer, la vida es demasiado corta como para no confiar en uno mismo y no atreverse a dar pasos importantes por miedo al fracaso. El fracaso es el camino del éxito, y aunque fracases cien veces, lo mismo la ciento una es la tuya. El proceso puede ser largo y tedioso, y las dudas vendrán a ti continuamente, pero no hay nada más poderoso que un ser humano sin miedos y con ganas. Tomada la decisión, solo faltaba empezar con la inversión.
Ahora no solo quería viajar con mi moto, también quería jugar a ser 'Youtuber'.
Tengamos en cuenta que era mi primer contacto en un viaje con estas características, no sabía cómo me iba a adaptar o hacer frente a todo lo que conlleva este estilo de vida: grabar, documentar, la incertidumbre de dónde y cómo dormiría esa noche. Pero a veces es necesario ponernos a prueba para saber si estamos en lo correcto, y, sin duda, lo estaba.
Material y Mejoras
Mi moto es una BMW F800GS del 2010 y, aunque es una buena moto para viajar en cuanto a fiabilidad y prestaciones, tiene un punto débil que destaca sobre el resto: las suspensiones y la iluminación del foco central. Esta última la solventé con un foco de LED, y haciendo un esfuerzo mejoré la suspensión trasera para ganar confort, ya que el viaje se preveía largo y, cuando empiezo algo, me gusta siempre, dentro de mis posibilidades, intentar tener las mejores condiciones.
La mayor inversión fue en el material electrónico, partía de cero. Y como dije anteriormente, me gusta empezar con lo mejor posible. Adquirí un dron y varias cámaras con todos los accesorios y mejoras. Mi camino como creador de contenido ya había comenzado sin haber manejado un dron en la vida y nunca había salido del típico 'selfie' o post en Instagram, pero como ya sabréis, no existen aciertos sin ensayos...
En la sección de Material podéis ampliar la información de las mejoras que he ido realizando hasta la fecha y los materiales que llevo en mis viajes.
Ya tenía todo lo necesario para poder lanzarme a lo que iba a ser mi primera gran aventura, solo faltaba lo más importante: hacia dónde ir y cuánto tiempo disponía para ello.
La Ruta
Para comenzar una ruta o cualquier viaje, lo más importante y más complicado es sacar el tiempo, para mí es el tesoro más preciado.
Ese año tenía una opción por encima de todas: solicitar excedencia laboral y gastarme mis ahorros, que si bien habían mermado ya de forma considerable, tenía que hacer un último esfuerzo y estirarlos al máximo. En este tipo de viajes, si ya eres un experto, como no era mi caso, se gasta bastante poco, lo que más en gasolina. Yo era novato y ya os adelanto que gasté algo más.
Entre vacaciones y excedencia, conseguí negociar con mis jefes poco más de 70 días libres. No son pocos, pero se me hicieron cortos. Esa droga llamada libertad hace que los días sean tan placenteros que a veces no sabes si estás soñando o viviendo un sueño, y a partir del primer mes aproximadamente es cuando viene esa duda. Yo no sabía qué era hasta que lo sentí, desde aquí os invito a que salgáis en busca de ella.
El objetivo inicial era llegar a Dubrovnik y regresar, cruzando por los Alpes, el Triglav y los Balcanes, sin olvidarse de la costa Amalfitana. Pero sobre todo mi principal objetivo era vivir aventuras y encontrarme en situaciones inhóspitas. Buscaba todo lo que mi día a día no me ofrecía, y si bien no podrían asemejarse a un solitario rider recorriendo África, sí quería vivir al menos situaciones que me hicieran ponerme a prueba.
El viaje estaba listo, era cuestión de tiempo que el destino empezara a hacer su trabajo y cambiara el rumbo de mi vida.